Reseña Ministerial de la Familia Moyano
Misioneros UAD - DNM Argentina
Les saludamos en la paz del Señor Jesucristo
Este es un breve resumen informativo de nuestro desarrollo ministerial misionero, que por los últimos 19 años hemos desempeñado, y con mucho gusto tomo tiempo para compartirles desde nuestro corazón algunas vivencias.
Fernando tenía veinte años y Nancy dieciocho, cuando ingresaron al IBRP (Instituto Bíblico Rio de La Plata) en Buenos Aires. En nuestro segundo año de estudio (1987), el Señor nos llamó de una forma muy directa y convincente al ministerio Misionero Transcultural, y específicamente a Bolivia, ¡qué emoción!, ¡a mí, un joven del Campo, y a Nancy, una jovencita del norte argentino!! ¡Dios estaba llamándonos a representarlo en otro país!, si era verdad, y como ya éramos novios con mi amada Nancy, el llamado era para ambos, ella dijo: yo te sigo a donde el Señor te diga, y así fue que poco tiempo después nos casamos (15 de Septiembre de 1990), y desde aquél día, llevamos 24 años de matrimonio, y de compartir felicidad completa juntos, sirviendo al Rey de Reyes con nuestros dos hijos queridos (Rodrigo y Priscila), que son un regalo del Señor.
Salimos al campo misionero el 18 de Diciembre de 1997, y nuestro primer lugar de Servicio, fue la cuenca amazónica que le corresponde a Bolivia, en la ciudad de Trinidad, departamento del Beni, al norte de Santa Cruz de la Sierra, desde allí fundamos el IETE (Instituto de Educación Teológica por Extensión) en Bolivia, y una Iglesia. Con mi esposa vimos como docenas de personas se capacitaban en nuestro programa. Creció tanto el IETE que nos mudamos al centro del país, al Departamento de Cochabamba, que ¡Bum!, el IETE crecía y crecía, además realizábamos campañas evangelísticas y cruzadas para niños por todos lados, como también enseñábamos en los Institutos Bíblicos que nos invitaban, de esta manera aportamos a otros ministerios la ayuda que necesitaban. Fue entonces que nos mudamos a la capital, la Ciudad de La Paz, ahora sí, desde este punto alcanzamos a cubrir todo el país y llegamos a 220 alumnos. Simultáneamente pastoreamos una Iglesia de niños y enseñamos en el Seminario de La Paz y de la ciudad de El Alto. Para este tiempo ya teníamos un director nacional boliviano en la mira para el IETE, un graduado nuestro, que sería mi interino, sin saber él, que sería su puesto permanente de ahí en adelante.
Después de retornar un año a nuestra patria Argentina, para visitar las Iglesias y levantar fondos, regresamos a Bolivia, pero ahora al lugar conocido como el más extremo, y estoy hablando del Departamento Pando, que de la Selva Amazónica posee la zona menos explorada, ¡que lugar! y ¡que experiencias más desafiantes vivimos allí!, comidas raras, y un clima de extremo calor todo el año. En Pando fundamos el segundo Instituto Bíblico, y en el interior del departamento, a trescientos kilómetros de donde vivíamos la Ciudad de Cobija, fundamos la segunda Iglesia!, ¡Aleluya!, ¡que desafíos!. Una noche a mi esposa el Señor le entregó en sueños, un manojo de llaves de un Orfanato de la ciudad, al que entendimos que debíamos integrarnos con la respuesta espiritual que el evangelio otorga (el Amor), allí ministramos por dos años, hasta que dejamos Bolivia definitivamente por dirección del Señor, y quedó en nuestro reemplazo un matrimonio misionero que estaban llegando de Brasil. En medio de estos logros a Rodrigo, nuestro hijo mayor le salieron 14 abscesos, producto del clima tropical, y del germen Piógenes, a Priscila nuestra hija menor le salieron algunos también, al mismo tiempo Nancy mi esposa, contrajo Dengue, una enfermedad tropical de alto riesgo de muerte y yo recaí de una tifoidea que me había enfermado un tiempo antes, pero todos sanamos y hoy es una historia de la fidelidad y del cuidado del Señor.
Todavía recordamos con tanto cariño nuestros ocho años que vivimos en Bolivia, Dios nos hizo madurar y crecer de tal forma que como resultado, en nuestro segundo país de Servicio, la República de Panamá, recordamos con tanto amor y agradecimiento al Señor, que pudimos servirle en sitios donde había real necesidad, y fuimos por su misericordia, instrumentos en las manos del Gran Maestro de Galilea, el que merece toda nuestra admiración y adoración, El Señor Jesucristo!
El Segundo y querido país de nuestro ministerio a las naciones es Panamá vivimos allí por el lapso de tres años y cuatro meses por dirección del Espíritu Santo, siendo parte de un desafío grande pero posible, fui invitado a desempeñar el cargo de Secretario General de Misiones sembrando desde allí el compromiso y la visión misionera en las Iglesias de todo el país, Integré la comisión organizadora del área de capacitación misionera, paralelo a esta función asesoramos y enviamos a los misioneros panameños que el Señor fue llamado. Dios abrió puertas, y tuvimos un programa de televisión de difusión misionera, y un espacio radial misionero en "Hosanna Visión".
Entre las actividades principales mencionaré por orden, enseñamos en el Seminario Central y Fernando fue parte de la comisión ejecutiva de Misiones y asesor de COMIBAM Panamá (COOPERACIÓN MISIONERA IBEROAMERICANA), además en este tiempo organizamos el IV Congreso Iberoamericano de misiones en conjunto, donde asistieron más de 30 países representados por 800 congresistas.
A partir del año 2011 estamos cambiando de país y de continente, desde hace varios años mientras ministramos en Panamá, sentimos el llamado y dirección del Señor a España.
Llegamos en el año 2013 a la ciudad de Ávila, Castilla y León, España; hemos comenzado una nueva Iglesia con la ayuda de nuestro Señor, el "Auditorio Cristiano La Casa" en mayo del 2017 cumplirá tres años, vamos creciendo poco a poco, la tierra es dura, pero es buena para sembrar, los corazones son esa tierra y se están ablandando por la palabra sembrada, oren por favor por los hermanos que son parte de la membrecía, provienen de seis nacionalidades distintas, incluidos los españoles que asisten.
Deseamos ser pámpanos que demos frutos y que permanezca nuestro fruto para la gloria del cordero de Dios que es Jesucristo, a él le damos todo el reconocimiento, la gloria, y nos seguimos poniendo en sus manos para ser útiles en donde él quiera, hasta que hayamos terminado la buena batalla de la fe y entremos a la eternidad con alegría y regocijo y escuchar: …”bien buen siervo y fiel”….
Nuestro agradecimiento y ánimo para que cobren fuerzas y nos sigan apoyando, y así continuemos la tarea que el Señor nos encomendó ¡Gloria a Cristo, nuestro Rey y Señor.
Testimonio de provisión de Dios:
Año 1998 Bolivia, Trinidad, Beni, Selva Amazónica. Se nos había terminado todo el dinero y estábamos en los días que el DNM enviaba las ofrendas que los hermanos de las Iglesias de Argentina depositan. De la oficina de Western Unión en Bolivia nos decían que no había llegado ningún Giro, llamamos a la oficina del DNM en Argentina y los hermanos nos decían que ya lo habían depositado, no entendíamos nada, porque no recibimos el giro?. Ya no había ni arroz en la casa y oramos al Señor que hiciera algo, en ese momento llaman a la puerta y una señora vio la palmera de cocos que había en nuestro patio, y nos dijo que nos compraría todos los cocos, que nos pagaría un peso por cada coco que bajara, a lo que yo le dije que no había más que treinta cocos, ella me dijo NO, AHÍ HAY MUCHO MAS QUE TREINTA COCOS, imposible le dije, porque yo los conté ayer! y no hay más que treinta, yo bajé uno para comer le repetí. Mire, me dijo, yo le pago un peso por cada coco que bajo, está bien le dije y entré a la casa por un rato, al salir luego vi que tenía varias bolsas llenas y tenía más que treinta cocos, le dije asombrado de donde salieron tantos cocos!, la señora dijo: salieron 70 cocos y le pago 70 pesos, ¡qué emoción nos llenó!, porque Dios nos proveyó de forma sobrenatural para enseñarnos que la provisión viene de él, y mostrarnos que es capaz de hacer lo imposible para suplir lo posible. Dios hace las cosas que no son como si fueran!, con ese dinero llegamos a cubrir los días que faltaron hasta que el dinero llegó, porque no se explican como el dinero se retrasó cuando lo habían enviado a tiempo. Así fue como Dios nos enseño a confiar en su fidelidad, en los primeros meses de nuestro ministerio, hace casi 13 años. DIOS ES FIÉL!!
Fernando y Nancy Moyano (Rodrigo y Priscila)
Misioneros DNM – UAD en España